· Los derechos universitarios y ciudadanía · Los derechos laborales y precariedad en las universidades · Liderazgo, roles y toma de decisiones de los directivos de la Universidad · Autonomía y gobernanza · La Ley General de Educación Superior y los retos universitarios · La gestión administrativa y transparencia Las universidades públicas mexicanas han enfrentado la pandemia derivada del covid-19, y sus efectos en lo educativo, usando lo que tenían para resolver sus tareas ahora de modo no presencial, a distancia o de forma virtual. La política pública hacia la educación superior, por su parte, dejó en claro la obligatoriedad y gratuidad de la educación superior (reforma al artículo 3ero. Constitucional, 2019 y LGES, 2021), colocando así a las universidades y al conjunto de las IES, frente a la enorme tarea de redefinir sus procesos de admisión y adecuar sus instalaciones. La gestión y la política educativa universitaria fueron asumidas por las IES desde una posición de fragilidad. Para dar cumplimiento a sus tareas de docencia, recurrieron a los medios tecnológicos a la mano, sin detenerse a pensar y analizar las formas, posibilidades y problemas que implican y que derivaron con frecuencia en ejercicios de simulación y el abandono hacia los estudiantes. En cuanto a la obligatoriedad y la gratuidad, la propia pandemia dejó en pausa tal circunstancia y ahora, con la reactivación de actividades desde las instalaciones universitarias, ambos asuntos deberán ser motivo de análisis y planteamiento de alternativas, lo que conlleva cuestionar las formas en que se realizan o se deban realizar. Para la educación superior queda claro que la presencialidad ha sido su espacio vital, tal como lo hemos vivido. Ahora, es necesario re-pensar y formarse en el manejo de formas virtuales, entrar al diseño de formatos mixtos se visualiza como el paso inmediato a seguir, esto se asume como un fenómeno novedoso de gestión educativa y de hacer más llevadera, además, la diversidad de procesos, trámites y gestiones de administración y académicos. Por lo tanto, esta reconfiguración hace necesario plantearse el impacto en la gestión y la política educativa e institucional. ¿Cómo lo enfrentarán? ¿de qué manera operará la autonomía de las universidades públicas federales y estatales? ¿Qué ajustes en la gobernanza tendrán que aplicarse? ¿Qué cambios deberán realizarse en los planos de administración y gestión de estas instituciones? Son algunas de las interrogantes que se hacen ahora y que tendrán que resolverse con la participación corresponsable de autoridades y comunidades académicas y estudiantiles. |