La formación profesional no puede distinguirse ni fragmentarse en cuanto al conocimiento, las prácticas y los valores. Se trata de una experiencia integral que conlleva un trato de igual modo en su fundamentación curricular y en los modelos de enseñanza universitarios que le dan viabilidad. La cuestión a debate es de sí la enseñanza profesional puede obviar o desatender o minimizar aspectos que, por cierto, persiguen como valores fundamentales las universidades públicas. La responsabilidad y el compromiso social no pueden necesariamente formar parte del curso regular en la formación profesional como si se tratara de un tema del programa escolar, no. Por el contrario, es una formulación de cultura universitaria que se piensa y se interioriza, que crea identidades entre los universitarios.
Lo mismo puede sostenerse respecto de los valores del individuo y, en particular, aquellos que constituyen al sujeto profesional sin importar la disciplina en la que se forme. La ética de la profesión, el compromiso social y la construcción de ciudadanía, son elementos que se articulan también en la formación de profesionistas y que conlleva el compromiso de ser revisados, reflexionados y, por supuesto, conformados en el ambiente universitario. Tal es su importancia que obliga a, de nueva cuenta, ser traídos a la reflexión en este momento de nuevos ajustes para las IES y en particular las universidades públicas. Por ello, nuestro IV Coloquio ofrece un espacio especial a este eje temático para analizar: